Vermicompostador

Weno, mi jardín sigue creciendo (es un decir, ya que estamos en otoño y no crece nah). No da excesivo trabajo, pero algo hay. Acabo de plantar Azafrán con la loca idea de iniciar producción en serie. Seguro que me haré rica con ello XDDD. Ahí me ha pillado Silens en plena faena…

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Aun tengo que recolocar todo para crear un pequeño remanso de tranquilidad y paz, con una fuente, pajaros tropicales, aromas exóticos y un largo etcetera. Para la primavera 😛

Y como mi producción esta creciendo a un ritmo vertiginoso y todo eso suele tener hambre, frio, sed y demás, he pensado que me vendría bien iniciarme en lombicultura. Lease, volverme sostenible y ecológica y reciclar alimentos para hacer mi propio compost natural, biodegradable, blablblabla (mi hermana se sentiría orgullosa, es muy ecologista toda ella).

Dicho y hecho.

Trás echar un vistazo a los vermicompostadores profesionales y aterrorizarme con los precios: de 80 a 130 euros, decidí montarme el mio propio. Y, trás agujerear una estantería de plástico de los chinos (20 pavos) con mi pirógrafo (pirografiar madera no se, pero para hacer agujeros en el plástico es la leche), os muestro mi resultado…

vermicompostador

Con sus agujerotes para que las lombrices puedan trepar, respiraderos cubiertos de mosquitera para evitar visitas indeseables, un parque temático para no aburrirse, un casino y una cadena de mercados al por mayor… Solo faltan los inquilinos.

Si se me da bien, abriré un mercado de gusanejos  y gusanajas, que dicen que se les dan bien 3 cosas: comer mucho, cagar proporcionalemente e incrementar su número en consonancia.

Deseenme suerte =3

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